jueves, 30 de enero de 2014

Lavadoras de conciencia


 Desde hace ya unos años, una nueva tribu urbana se ha apoderado de las calles y el parte del subsuelo de Madrid. No, no me refiero a las blogueras de moda, me refiero a nuestros queridísimos amigos los captadores de socios de ONG´s.


Suelen merodear por calles principales y transitadas, en las proximidades a centros comerciales o bocas de metro y dentro de las propias estaciones donde aprovechan el trasiego de pasajeros en los interminables trasbordos del Metro de Madrid. En su gran mayoría son jóvenes de no más de treinta, víctimas de la precariedad laboral y mano de obra barata para las ONG´s. No hace falta que cite ninguna porque basta pasear por cualquier ciudad para encontrar a alguno de estos sujetos.
Es muy probable que te hayas topado con alguno de ellos, y sufrido su soporífero discurso dando muestras de un estoicismo y educación que más quisieran ellos para sí.


Estos cándidos chavales son unos auténticos manipuladores emocionales, que han sido previamente  instruidos en las artes de la embaucación y manipulación, poniendo en práctica técnicas de venta que rozan la mala eduación y el insulto; y que sirva como ejemplo mi experiencia personal: en un trasbordo de metro, soy asaltada por uno de estos sujetos (las mujeres siempre somos un blanco fácil) y ante mis negativas reiteradas de no me interesa, no voy a hacerme socio, acelero el paso hacia las escaleras mecánicas, el tipo me sigue y como no se da por vencido me increpa con ínfulas y actitud chulesca: ¿qué pasa, que no tienes sensibilidad? 
Si pretendía provocarme, no lo consiguió, su falta de escrúpulos le dejó en evidencia y ni me molesté en contestarle.

Así es cómo se las gastan estos mendigos solidarios.


Desmontando el negocio de la captación de socios.

Los trabajos basura siempre han existido y atendiendo la situación económica que atravesamos no hay perspectiva alguna de que desaparezcan, sino todo lo contrario; florecen hasta de debajo del asfalto como los capullos que en plena efervesencia primaveral se transforman en vistosas flores.

Los portales de empleo concentran gran cantidad de propuestas de este tipo, y los captadores de socios son una pequeña muestra de ello. A priori, puede resultar inadecuado catalogar este tipo de ofertas dentro de los denominados trabajos basuras, ¿cómo va ser un trabajo basura si vas a trabajar para una ong?

Así es, nada más lejos de la realidad.

Una mente inocente como la de cualquier plácido transeúnte puede pensar que estos cándidos chavales, algunos incluso con pintas de activistas (desconozco si fingidas o no), son simples voluntarios que invierten su preciado y valioso tiempo por y para los demás embarcándose en causas destinadas a los más necesitados, que según la organización de que se trate, serán niños, refugiados de guerra o enfermos; eso sí, siempre bajo la apariencia de ser solidarias aunque la realidad sea bien distinta (el documental El Precio de la Precariedad te abrirá los ojos)


No son voluntarios ni miembros de ninguna organización, es cierto que habrá excepciones, pero el trabajo que desempeñan a pie de calle no es un trabajo voluntario, ya que por definición los voluntarios no cobran por su trabajo.
 
Pese a llevar chalecos de diferentes ongs no trabajan ni siquiera para estas ongs, sino que han sido contratados por empresas intermediarias: es decir, la ong "x" contrata a la empresa "y" para que desarrolle un proyecto consistente en captar socios para la ong "x". Es por tanto, la empresa "y" la que contrata a estos trabajadores para desempeñar esta labor, y en la mayoría de las veces, por no decir en su totalidad; son empresas de márketing las que se dedican a estos solidarios menesteres.

En la mayoría de los casos no ofrecen contrato de trabajo sino un contrato mercantil (de prestación de servicios); dependiendo del número de socios que capten (pardillos a los que embauquen) cobrarán una mísera comisión, aunque en algunos casos les ofrezcan un fijo más comisiones.

 Este tipo de prácticas son muy habituales, no son ninguna novedad, pero considero que es algo que cualquiera puede pasar por alto y que en el caso de morder el anzuelo de estos nobles muchachos sepa adónde va destinado el dinero que aporta.

Como todo, habrá excepciones y ONGs que realmente realicen labores dignas de ser calificadas de solidarias sin recurrir a tácticas de este tipo, pero estas situaciones seguirán perpetuándose en el tiempo hasta que la pobreza deje de ser un negocio y un interés que mantener para los países de ese mal llamado primer mundo.