La distancia es crucial. No hablo de distancia física, sino de la
distancia que marca el tiempo. Ambos son dos amigos inseparables que
caminan cogidos de la mano y siempre nos adelantan el paso. Contra el
tiempo es imposible luchar, aunque intentemos alcanzarlo o detenerlo es
inútil, él siempre nos ganará la carrera. La distancia no es tan
distinta del tiempo en cuánto que tiene sus mismos efectos: nos aleja de
nuestro objetivo y si volvemos hacia atrás y deshacemos lo recorrido,
el tiempo que hayamos perdido será irrecuperable.
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