La llegada de un nuevo año sirve de excusa perfecta para elaborar listas repletas de utópicos propósitos que en el año venidero no cumpliremos. Lo sabemos de antemano, pero aún así nos esforzamos por cumplir a lo largo de ¡doce espléndidos meses!, pese a que lo único que hacemos es borrón y lista nueva.
Y quién diga que no sabe que miente.
elaborado por SAFARI EMOCIONAL |
Por todo ello aquí tienes la lista definitiva de los
-Dejar de fumar: querrás dejar de fumar pero con querer no bastará.
De nada te sirven las fotos y advertencias que ilustran las compactas cajetillas, ni la laxa ley antitabaco... Has de tener fuerza de voluntad y que ésta te atrape y se te pegue al cuerpo cuál chicle pegajoso al pelo. Si ni siquiera se te cruza y te encuentra, tu debilidad se verá reducida y de inmediato te rendirás a la mínima tentación en forma de cortés invitación por parte de ese compañero de trabajo que es incapaz ni siquiera de intentar dejarlo.
Estás perdido en tu propio vicio que un día convertiste en hábito. Además por todos es sabido que dejar de fumar engorda una barbaridad, y tú no estás dispuesta a perder tu talla 38, que lo tuyo te ha costado. Será más probable que lo dejes si el precio de la cajetilla se disparase y empezase a valer la nada desdeñable cifra de 40 euros, por ejemplo, o incluso ni con esas.
¿La solución? No haber empezado a fumar, pero ya es tarde.
-Ir al gimnasio: es uno de los clásicos que se repiten año tras año.
Y digo ir porque con apuntarte no basta, pero si aún no te has apuntado aún estás a tiempo de reflexionar... ¿De verdad que estás dispuesto a pagar por estar rodeado de extraños exhibicionistas y púberes diversos, ahogados en su propio sudor, compitiendo visualmente entre ellos por ver quién tiene más músculo y menor masa cerebral que un adulto medio, en medio de una atmósfera asfixiante, y rebosante de feromonas y sustancias de dudosa legalidad? Yo lo tengo clarísimo.
Sal a correr por ese parque que tienes al lado de casa, o simplemente pasea un poco, te evitarás miradas desdeñosas y el aire que respires no olerá a nada que no sea más que aire.
-Comer sano: si cumpliste con los anteriores propósitos, éste y los siguientes son consecuencia natural, se complementan unos con otros.
Si dejas de fumar, y haces ejercicio es normal que te preocupes un poco más por lo que comes, sin obsesionarte.
Comer sano no es privarse de lo insano, la vida sería muy triste sin azúcares, hidratos de carbono, grasas trans o aditivos alimentarios. No estoy haciendo una apología a la obesidad. Se puede comer de todo y estar sano simplemente controlando la cantidad de lo que se come. No te tomes una tableta de chocolate entera en una tarde ni te alimentes solo a base de ensalada de rúcula.
En la variedad y en la cantidad está el equilibrio, no es tan difícil.
-Beber más agua: por todos es sabido que beber agua aclara la vista, hidrata una barbaridad la piel, es gratis, no engorda es incolora e inodora, ¿qué más quieres?
No se trata de sustituir el gintonic por un triste e indefenso botellín de agua de manantial, no, eso no.
-Perder peso: va de la mano del propósito de comer sano, si uno de tus objetivos es perder peso, por no decir adelgazar, que suena fatal.
Pese a que comer sano no implica que pierdas peso. Solo perderás peso si te mueves y quemas las calorías que ingieres. Si te metes entre pecho y espada un chuletón con patatas asadas untadas en mantequilla, no te pases toda la tarde en el sofá viendo la primera temporada completa de Juego de Tronos.
- Dormir más: otro de los puntos que has de cumplir si no quieres fracasar en tus propósitos de vida sana para el 2015.
Dormir al igual que beber agua es sanísimo y gratis. Cuando tenemos necesidad de dormir decimos que tenemos sueño. El sueño es un estado fisiológico de autorregulación y reposo uniforme del organismo donde el cerebro se desintoxica.
El no dormir nos afecta más de lo que creemos: produce irritabilidad, provova cansancio, afecta a la memoria o al apetito, hace que tengamos mala cara, ojeras... por no hablar de lo que uno puede encontrarse frente al espejo una mañana de resaca.
-Aprender inglés: Otro clásico fiel a la lista anual.
Escuchas canciones en inglés, cantas las canciones de Beyoncé con un marcado acento americano, ves pelis en versión original, con subtítulos en español, lo que viene siendo: leer las pelis y no verlas... En definitiva, sabes que tu inglés medio no es medio y que se parece más al que habla un niño de seis años, pero aún así te resistes a dejar que deje de serlo.
Yo tengo una teoría y una solución definita para acabar teniéndo un inglés si no bilingüe, casi. Tienes que echarte un novio o novia angloparlante, el país de origen elígelo según la predilección que tengas por un acento u otro. Las posibilidades son infinitas y la motivación mucho mayor que la de ver en pantalla al señor Vaughan y repetir una y otra vez frases sin que nadie te corrija y te diga que esa consonante nasal no es bilabial sino alveolar.
¡Además cumplirás dos propósitos por uno! (lee el siguiente y último)
- Encontrar el amor: el fin de todo romántico o la excusa de todo aquel que no soporta estar solo porque no se soporta a sí mismo. Estar enamorado está muy bien, pero también se puede vivir sin estar enamorado.
Lo mejor en estos casos, cuando la búsqueda es infructuosa es dejar de buscar. El amor no se busca, aparecerá cuando tenga que aparecer si es que aparece.
Borra de tu mente la absurda idea esa de las medias naranjas, porque hay naranjas enteras que no necesitan mitades. Empieza por quererte a ti mismo, que si tú no te quieres nadie te va a querer y enamórate cada día un poco de ti mismo, solo así podrás enamorar a quién tú quieras.
Siempre será menos doloroso enamorarse de quien está enamorado de nosotros que enamorarse y no ser correspondido, aunque en éste último caso es el otro el que se lo pierde.
No pierdas el tiempo y, ¡a otra cosa mariposa!
Ocúpate por lo menos de cumplir un próposito o mejor aún procura no cumplir ninguno y así no tendrás que pensar unos nuevos para el próximo año.
Por cierto, ¡ Feliz 2015!