Cierra los ojos y escucha.
Escucha y saborea lo que te cuentan tus oídos,
lo que rumian tus ojos enrojecidos por el sol y hambrientos de sueño:
“Sobre un fondo blanquecino rodeado de hilos rojos
un círculo policromado, varía su intensidad dependiendo de infinidad
de factores que se le escapan
de las manos e incapaces de controlar a
otro círculo que trata de invadir su espacio imponiéndole la
oscuridad
más profunda.
Negro sobre azul, azul sobre negro.
Es la lucha entre el día y la noche, entre la luna nueva y el sol
cuando se oculta en el horizonte
marino un día despejado de verano antes
de que formules tu deseo y que el destello del rayo verde te
alimente
con su ambrosía.”
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