La tristeza es un virus que se
extiende de forma rápida e instantánea en ambientes grises donde reina
la negatividad y la desidia. Pero pese a ser un virus, a veces, es necesario.
Es
importante no dejarse llevar por su fuerza atrayente e irresistible
hacia la oscuridad e intentar frenar su trayectoria. Si pese a ello,
ella se instala en tu vida, hazle un hueco y trata de sobrellevar la
situación con la mejor de tus sonrisas. Déjala que acampe a sus anchas y
esté a gusto el tiempo que haga falta hasta que llegue el día en que te
despidas de ella y le des una patada en el culo y le sueltes: ¡
hasta nunki!
Pero
hasta que llegue ese día, prepárate y ármate de paciencia, ni Roma se
conquistó en un día, ni durmiendo de esfuman los problemas.
Por
eso, debes recurrir a los siguientes antídotos contra la tristeza que
si bien, no son inflalibles, ni lograrán que te deshagas de este
sentimiento que tirará de ti una y otra vez hacia la oscuridad; sí te
harán la convivencia más llevadera con tu nueva compañera de sofá:
-Distracciones
absurdas. Muchas veces cuando estamos bajos de ánimo, lo que
necesitamos es dejar la mente en blanco y parar de pensar, o lo que es
lo mismo distraernos con cualquier tontería con la que te olvides por
completo de la miserable vida que llevas y lo jodidamente triste que
estás. Desde dar un paseo a contar matrículas capicúas mientras esperas a
que cambie el semáforo o a resolver enigmas imposibles: ¿cuántos pasos
das cada día? ¿por qué los jubilados recogen castañas en la calle, si son
pilongas? ¿por qué pintan los pasos de cebra con rayas blancas si éstas
terminan volviéndose grises? ¿no será mejor pintarlas de gris? ¿por qué
la gente come mandarinas en el metro y no piden permiso al resto para
apestar el vagón?
-El
sexo, solo o acompañado, según las circuntancias de cada cuál. Tener
orgasmos es maravilloso y uno de los mayores placeres de todo ser
humano. Pero lo que muchas personas desconocen es que el máximo
responsable a la hora de alcanzar el clímax sexual no es el tamaño de
vuestro miembro ni la mayor o menor destreza en el ámbito sexual de
nuestro
partenaire. Si así lo piensas lamento decirte que no tienes ni
idea. El cerebro es la zona erógena por excelencia, todo sucede en
nuestro cerebro. Durante la estimulaciñon sexual y el orgasmo distintas
áreas de nuestro cerebro se activan, producen placer, se segrega
dopamina, hormona vinculada con el placer y la satisfacción; la explicación química de por qué nos enamoramos, y
endorfinas, hormonas de la felicidad, ¿quién está triste tras echar un buen polvo?
-
El chocolate, la bollería industrial y los helados (a ser posible no de
marca blanca) son los más fieles compañeros de fatigas de las mujeres
durante el síndrome premesntrual. Ellos nunca nos abandonan, y siempre
los puedes encontrar tan apetitosos con sus vistosos envoltorios llenos
de grasas vegetales, rezumantes de colesterol y azúcares.
Aunque
son auténticas bombas calóricas, actúan directamante en nuestro cerebro
y harán que generes la suficiente cantidad de endorfinas para que
olvides el mal trago aunque sea por un instante.
-Ve pelis que te gusten aunque te las sepas de memoria, empieza una
serie nueva, lee libros de todo tipo, excepto libros de auto-ayuda,
Coelho y derivados, son basura para pusilánimes y tú no eres de esos.
-Usa
tu imaginación, fabula, fantasea despierto, y déjate llevar. No pienses
demasiado cuando actúes, sé impulsivo y cuando menos te lo esperes tu
compañera de viaje habrá desaprecido, pero sólo hasta la siguiente
temporada.
La tristeza volverá así que guárdale su sitio para su próxima
visita.