sábado, 17 de octubre de 2015

Buenos días, tristeza.

La tristeza es un virus que se extiende de forma rápida e instantánea en ambientes grises donde reina la negatividad y la desidia. Pero pese a ser un virus, a veces, es necesario.


Es importante no dejarse llevar por su fuerza atrayente e irresistible hacia la oscuridad e intentar frenar su trayectoria. Si pese a ello, ella se instala en tu vida, hazle un hueco y trata de sobrellevar la situación con la mejor de tus sonrisas. Déjala que acampe a sus anchas y esté a gusto el tiempo que haga falta hasta que llegue el día en que te despidas de ella y le des una patada en el culo y le sueltes: ¡hasta nunki!

Pero hasta que llegue ese día, prepárate y ármate de paciencia, ni Roma se conquistó en un día, ni durmiendo de esfuman los problemas.
Por eso, debes recurrir a los siguientes antídotos contra la tristeza que si bien, no son inflalibles, ni lograrán que te deshagas de este sentimiento que tirará de ti una y otra vez hacia la oscuridad; sí te harán la convivencia más llevadera con tu nueva compañera de sofá:

-Distracciones absurdas. Muchas veces cuando estamos bajos de ánimo, lo que necesitamos es dejar la mente en blanco y parar de pensar, o lo que es lo mismo distraernos con cualquier tontería con la que te olvides por completo de la miserable vida que llevas y lo jodidamente triste que estás. Desde dar un paseo a contar matrículas capicúas mientras esperas a que cambie el semáforo o a resolver enigmas imposibles: ¿cuántos pasos das cada día? ¿por qué los jubilados recogen castañas en la calle, si son pilongas? ¿por qué pintan los pasos de cebra con rayas blancas si éstas terminan volviéndose grises? ¿no será mejor pintarlas de gris? ¿por qué la gente come mandarinas en el metro y no piden permiso al resto para apestar el vagón?


-El sexo, solo o acompañado, según las circuntancias de cada cuál. Tener orgasmos es maravilloso y uno de los mayores placeres de todo ser humano. Pero lo que muchas personas desconocen es que el máximo responsable a la hora de alcanzar el clímax sexual no es el tamaño de vuestro miembro ni la mayor o menor destreza en el ámbito sexual de nuestro partenaire. Si así lo piensas lamento decirte que no tienes ni idea. El cerebro es la zona erógena por excelencia, todo sucede en nuestro cerebro. Durante la estimulaciñon sexual y el orgasmo distintas áreas de nuestro cerebro se activan, producen placer, se segrega dopamina, hormona vinculada con el placer y la satisfacción; la explicación química de por qué nos enamoramos, y endorfinas, hormonas de la felicidad, ¿quién está triste tras echar un buen polvo?


- El chocolate, la bollería industrial y los helados (a ser posible no de marca blanca) son los más fieles compañeros de fatigas de las mujeres durante el síndrome premesntrual. Ellos nunca nos abandonan, y siempre los puedes encontrar tan apetitosos con sus vistosos envoltorios llenos de grasas vegetales, rezumantes de colesterol y azúcares.
Aunque son auténticas bombas calóricas, actúan directamante en nuestro cerebro y harán que generes la suficiente cantidad de endorfinas para que olvides el mal trago aunque sea por un instante.


-Ve pelis que te gusten aunque te las sepas de memoria, empieza una serie nueva, lee libros de todo tipo, excepto libros de auto-ayuda, Coelho y derivados, son basura para pusilánimes y tú no eres de esos.


-Usa tu imaginación, fabula, fantasea despierto, y déjate llevar. No pienses demasiado cuando actúes, sé impulsivo y cuando menos te lo esperes tu compañera de viaje habrá desaprecido, pero sólo hasta la siguiente temporada.

La tristeza volverá así que guárdale su sitio para su próxima visita.

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