miércoles, 12 de octubre de 2016

Travesía otoñal

Configurando nuevas perspectivas ando, sin llevar un solo lastre, me invaden.
Las ideas brotan,se escapan, se esconden, transmutan hasta que alguien las caza al vuelo.
Esta noche te esperaré despierta hasta que llegues, da igual que sean las once, o las cinco, estaré con mi cargamento esperando la cacería.
No dejaré que deshagas mis argumentos, límpiate la boca antes de hablar, tienes ojeras, te faltan manos, te sobra piel.
La insitencia delata tu insolencia, mi prudencia te acrecienta, mi apatía me da hambre.
La amargura sabe mal, sabe a insecto muerto, sabe a plantas secas, sabe a óxido y sal.
Repetirás conmigo la fiesta, olvidarás apagar las luces y estaré esperando tu llegada.
Son sólo las doce y mastico onzas de chocolate, la lengua seca de azúcar,mi páncreas está borracho de azúcar, el paladar agrietado suplica más azúcar. Soy una insomne azucarada.
Decías llevar la razón, lleva lo que dices, razona lo que llevas, pero no razonas lo que dices llevar.
La humedad busca su sitio en la fiesta, como no estás te espera hasta secarse, no valdrán nuevas lluvias para humedecerla, lo seco es perenne y tardío, el vacío eterno y leve. La plenitud áspera como mi lengua.
La luz sigue encendida, anoche olvidaste apagarla, luce en pleno día donde se confunden las verdades con las mentiras.
Venga, otra vez, vamos a contarnos mentiras. 


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